Carl Lewis (el velocista) choca con su Ferrari a 200 por hora contra un árbol. A los dos días, se despierta en la cama de un hospital, con el cuerpo totalmente anestesiado. Ve pasar a un médico y le dice:
- Doctor, doctor! ¿Usted sabe quien soy yo?
- Por supuesto, Ud. es Carl Lewis.
- Y usted sabe que mi trabajo y mi vida dependen de mis ágiles piernas. No siento el cuerpo. Por favor, dígame si puedo conservar mis piernas!
- Claro que si, amigo!
- Uff! Menos mal!
- ¿Las quiere ahora o se las mando por correo?
jueves, 11 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario